Somos creadores de patrones vibratorios sónicos y visuales para conectar con tu ser y regenerar tu energía
La traducción de los patrones energéticos de luz, que recibimos como dones al nacer, a sonido y vibración libera los modelos ancestrales que, con el paso del tiempo, producen cristalizaciones en nosotros dando como resultado una pócima musical de alquimia sonora, un remedio de rescate al que podemos acudir siempre que sintamos que algo no va bien o que podemos escuchar con regularidad para mantener intacto nuestro equilibrio con la fuente.
En MAR DE NUN realizamos esta alquimia musical para ti de forma específica tendiendo con ello un puente desde la realidad más tangible, perceptible por los sentidos, hasta tu yo más profundo lo que te ayudará a procesar la información necesaria que tu ser necesita para evolucionar.
El momento de nuestro nacimiento representa el paso de la oscuridad a la luz. Nuestros ojos, apenas abiertos, reciben por primera vez los refulgentes rayos de luz cargados de información arquetípica y trascendental.
Somos una hoja en blanco, un diamante en bruto, hace sólo un instante que hemos dejado atrás el mar informe del que todo proviene para que sea grabado en nosotros una memoria luminosa que nos da la bienvenida al mundo de los hombres.
Cuando venimos a este plano nuestro contacto con la fuente está intacto: es profundo, claro y cristalino, pero, a mediada que pasa el tiempo, e interactuamos con el medio que nos rodea e integramos las leyes y patrones que lo dirigen nuestra estructura y comportamiento se va definiendo y coagulando y nos alejamos cada vez más del lugar del que provenimos y al que un día tendremos que retornar.
La música se ha usado desde antiguo como medio de sanación. Instrumentos como el didgeridoo, el gong, los cuencos tibetanos, entre otros, son de sobra conocidos y su uso como medio de equilibrar energéticamente al ser humano se remonta a tiempos remotos.
Pero, ahora bien, ¿por qué se produce esta sorprendente combinación?
Todos hemos experimentados, al oír una melodía, como ésta puede cambiar completamente nuestro estado de ánimo, equilibrándonos si es un música afín a nuestro campo energético o alterándonos si no lo es.
Esto sucede porque somos seres vibracionales y ya que el sonido es vibración en su mayor parte, somos sensibles a ella. Esta propiedad nos hace ser muy permeables a todos los estímulos que vienen de fuera por lo que nuestro estado de ánimo y nuestro bienestar internos dependerá en un porcentaje elevado de los estímulos a los que seamos expuestos.